
15 de marzo de 2022
Una visita a esta atracción histórica permitió al autor conectar con el lado auditivo de la sociedad hondureña.
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Este autor puede recordar dos casos en los que una experiencia auditiva afectó profundamente a su percepción de un destino.
Al llegar a Senegal, pasó su primera noche en una sencilla habitación situada justo encima de una discoteca. La música palpitante hasta la madrugada parecía transmitir vitalidad: energía reconfortante de que Dakar había sido una buena elección.
En otra ocasión, tras llegar a Butare (Ruanda), el autor quedó impresionado por la intensidad de las vocalizaciones de las aves. Parecían resaltar la vasta y misteriosa maravilla natural de los trópicos de África Central.
En la vida cotidiana, las personas clasifican conscientemente los ruidos entremezclados y se centran sólo en lo que les interesa, por ejemplo, el amigo que habla en una calle concurrida. Pero la mente subconsciente sigue conociendo el carácter de la cacofonía.
A diferencia del sentido de la vista, que suele relacionarse con objetos que pueden ser observados desde distintos ángulos, el sonido se define por las vibraciones transitorias del aire. Por ello, el oyente debe recurrer a su memoria para descifrar patrones y significados en los sonidos a lo largo del tiempo.
Los vínculos entre el oído, el subconsciente y la memoria ayudan a explicar por qué un sonido puede tener un impacto tan profundo en las emociones e incluso en la espiritualidad.
Para el turista que busca experimentar plenamente un destino, debe permanecer atento al paisaje sonoro ambiental, en lugar de estar siempre ocupado con preocupaciones conscientes como la logística o los pensamientos sobre el itinerario.
Para los responsables políticos, como el ayuntamiento, el ambiente auditivo de la ciudad debe constituir un factor no sólo para la promoción del turismo, sino también para garantizar la mejor calidad de vida de los residentes locales.
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